viernes, 4 de octubre de 2019

Lenguaje artístico: La Pintura



La pintura es sin duda, la más popular de las artes visuales, sin embargo no es por ello un lenguaje fácil o democrático; Gilson decía que la pintura seguía siendo una aristocracia, pues solo la aprecian certeramente los pocos que han adquirido una suficiente educación de su sensibilidad y se han introducido apropiadamente en su lenguaje.

Elementos que constituyen el lenguaje pictórico:
·         La materia pictórica
·         La línea
·         El color
·         La luz
·         La composición
·         Volumen
·         Perspectiva
La materia pictórica: cuando hablamos de materia pictórica nos referimos al soporte que se utiliza para realizar la pintura: muro, lienzo, madera, papel etc y a los materiales utilizados en la pintura: colorantes (de origen vegetal, animal o químico), aglutinantes, es decir, materiales que dan consistencia al color (aceite, clara de huevo, agua, barro etc), y barnices, que protegen el color y le dan brillo. Todo ello le otorga a la pintura una determinada textura, unas calidades táctiles, que es lo que viene a determinar la materia pictórica. Podemos hablar en la pintura de valores escultóricos, captados en este caso a través del sentido de la vista, texturas lisas, pastosas, brillantes, rugosas. Muchas veces la materia constituye un elemento fundamental del estilo: la densidad en la pintura matérica de Jackson Pollock, las superficies finas y pulidas de los Primitivos flamencos o los ejemplos del movimiento Informalista, Tapies, que rompen con la tradición del lenguaje pictórico a través de las texturas en el cuadro.

La línea: la línea en un cuadro permite la identificación y el reconocimiento de las formas. Pero su valor expresivo tiene importancia en sí mismo, al ser un componente esencial en la transmisión de un mensaje pictórico:

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ7hRUowWx2jDFmYarWHE3oovlJr8hBhsXq0woZyXDvH0Hwskrka8K4h4ZUh91SD7t2grSA2gXt2GGX-KKYel1QN0N-alU0In1UaHdtBB_lbot6JCc6kAk734VSEHDTXAmNPif8mEy7gwf/s1600/expresividad+de+la+li%CC%81nea.jpg
.- un trazo continuo y cerrado completa una imagen acabada y tiene un propósito descriptivo.
.- un trazo grueso y vehemente tiene un carácter fuertemente expresivo.
.- un trazo abierto plantea una intencionalidad imaginativa y poética.
.- un trazo curvilineo transmite siempre componentes sensuales.
Por otra parte, el trazo predominante en una obra tiene a su vez una significación simbólica:


.- si predomina la línea vertical se identifica en ocasiones con la elevación mística.
.- si predominan las líneas triangulares, la sensación es de equilibrio.
.- si predominan las línea circular la idea de perfección.
La línea también influye en el ritmo de la obra, pudiéndose diferenciar obras más estáticas o agitadas. 

El volumen: se trata de una ficción de la pintura esta siempre es bidimensional, pero el pintor puede engañarnos transmitiendo una sensación de tridimensionalidad, es decir, de volumen, como si de una escultura se tratara. Evidentemente se utilizará en aquella obras de carácter realista, que acentúan la sensación de solidez, de peso en los objetos representados. Siguiendo en símil escultórico se trata de modelar las imágenes. El pintor tiene varios medios para conseguirlo: luz, color y línea, en ocasiones también con efectos de perspectiva, es el caso de los escorzos.


La perspectiva: Mediante la perspectiva se simula la profundidad (la tercera dimensión). En cierto modo, acabamos de ver como el volumen en un cuadro ya introduce la tercera dimensión, pero puede no ser suficiente para crear un espacio "real" en su profundidad. La perspectiva crea profundidad en el conjunto del cuadro y no solo en un objeto (volumen), transformando la obra en una ventana abierta al espacio imaginario.
·         La perspectiva medieval: el arte es simbólico, ideográfico e intelectual, no pretende representar la realidad, por lo tanto la perspectiva es prácticamente inexistente. La distancia se representa en ocasiones disminuyendo el tamaño de los objetos que pretenden aparecer en un segundo plano.
·         La perspectiva lineal: Es característica del primer Renacimiento. La
·          profundidad se crea trazando un haz de líneas que configuran una pirámide, cuyo vértice en es el punto de fuga de las mismas (formulación matemática). El geometrismo resultante de la composición encorseta a las figuras y no es totalmente fiel a la realidad, si bien es cierto que ópticamente crea la ilusión visual de profundidad.
·         La perspectiva aérea: Es la gran aportación de Leonardo Da Vinci al campo de la experimentación científica en el mundo de la pintura. Tiene en cuenta la esfericidad del órgano visual (que no ofrece visiones

planas como en la perspectiva lineal), considerando además la importancia que tiene la existencia del aire en la visión de las cosas, por todo ello: se modifican los contornos y perfiles de los objetos (sfumato); se pierde nitidez en la visión con la distancia; y asimismo, los colores palidecen en la profundidad, con una tendencia a la acumulación de tonos fríos en los fondos y especialmente de azules.
El color: La esencia misma de la pintura es el color. El color, tiene además, valor en sí mismo, por su expresión plástica, que es siempre diferente para cada uno de ellos, no es lo misma sensación la que nos produce un rojo fuerte, que un azul pálido.


Pero si cada color tiene su propio valor, todavía será más interesante estudiar la importancia plástica de cada uno relacionado con el resto. Para ello, debemos tener en consideración una primera clasificación de los colores en primarios y secundarios.


·         Los primarios son aquellos que no pueden reducirse a otros porque no son producto de ninguna mezcla. Son el amarillo/el rojo/y el azul.

·         Los secundarios o "binarios" surgen cuando los primarios se mezclan entre sí: anaranjado (amarillo+rojo); violeta (azul+rojo); Verde (amarillo+azul).
·         A su vez  cada secundario contrasta plásticamente realzándose entre sí, con el primario que no entra en su composición, de manera que podemos hablar de los siguientes colores complementarios: Azul--Anaranjado, Rojo--Verde, Amarillo--Violeta, estos seis colores pueden dividirse en cálidos y fríos: cálidos serían el Amarillo/Anaranjado/Rojo y fríos: violeta/azul/verde.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4DrJIWyoF4ShUOkwsLc1Yee-M0XOYL4P0_NJ-k9Mzoah-HIwNj8Mccx2c0uELPjdLxtVaDeyOSm8fRzoJuhYeMIXwfPbbVIj6SpdLBbTlvWyjBhnbn3WIyB2Tx7-oyQHWANgcYEfwE8Yn/s1600/colores-calidos1.jpg
·         Los cálidos expanden luz, avanzan hacia el espectador, son colores "salientes", lo que explica que la pintura academicista los reservara para crear perspectiva en primer plano, también se utilizan con pretensiones de emotividad y fuerza sensorial en los cuadros.
·         Los fríos absorben luz, son "entrantes" y se alejan del espectador. Por ello pueden crear profundidad y también se utilizan para crear intencionalidad intelectual o racionalizadora.
·         Además el color tiene un valor simbólico, en este sentido el azul y el blanco pueden ser símbolos de pureza, el amarillo de divinidad, el rojo de vida o pasión, el negro de muerte.
·         Téngase en cuenta, finalmente, que los colores en un cuadro no se perciben aisladamente, sino asociados los unos a los otros, de ahí que el efecto de un color pueda variar sustancialmente sobre la percepción del espectador, según como esté combinado con el resto de colores.
La luz: la luz en la pintura no se refiere evidentemente a la luz natural, como en el caso de la escultura, se trata de la luz representada, ilusoria. Por ello el autor puede tratarla como quiera, utilizándola en su provecho como elemento de expresión o de composición. Así la luz diáfana y homogénea transmite sensación de equilibrio y armonía. La luz concentrada tiene un carácter más expresivo y dinámico. La luz cenital contribuye a la articulación de composiciones ordenadas y estáticas. La luz oblicua crea movimiento y acentúa la profundidad.

La composición: la composición determina la ordenación de todos los elementos del lenguaje pictórico en el conjunto del cuadro. No se trata por tanto de una simple ordenación de las figuras e imágenes en la obra, sino de la articulación de todos los elementos de la expresión plástica y de la sensación que en conjunto ello nos produce. 

Las posibilidades compositivas de una obra son, por tanto, casi infinitas porque además influyen en ella aspectos como la perspectiva, la luz, el color, la línea, las formas, la interrelación expresiva, la disposición general de todos los elementos etc., muchas veces combinados entre sí.
No obstante, predominan siempre dos tendencias generales: las composiciones cerradas y las abiertas. Las primeras utilizan todos los elementos plásticos para converger hacia el centro del cuadro, subrayando el equilibrio y la estabilidad. Las abierta divergen hacia los extremos del cuadro, agitando toda la estructura compositiva y dinamizando la escena.
A estas dos tendencias se le añaden todo tipo de recursos compositivos: piramidales, triangulares, circulares; sensación de armonía y equilibrio (cerradas); oblicuas, en aspa, zig-zag, diagonales (abiertas).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

TEORÍA DEL CONSTRUCTIVISMO Una teoría que desde tiempo atrás ha marcado un gran confrontamiento en cuantos  la educación, al ser una teo...